CORONAVIRUS
Estos días se están divulgando por las redes muchísimos consejos para prevenir el contagio del Coronavirus. Algunos consejos provienen de fuentes fiables, pero otros no tienen ninguna base científica. Para evitar bulos que provoquen confusión en la población y una mayor desinformación, nos hemos esmerado en revisar todas estas medidas de prevención comprobando su veracidad y estas son las cosas que debemos hacer a diario según la Organización Mundial de la Salud.
Lavarnos las manos a menudo
Con jabón
Bien, este es el primer consejo que oímos cuando saltó la alerta y lo tenemos que seguir a rajatabla, por una razón bien simple. Este virus está recubierto por una membrana bicapa lipídica, o sea una membrana de grasa.
El jabón es nuestro mayor aliado debido a su estructura híbrida. Cuando nos lavamos las manos con agua y jabón, estamos protegiendo nuestra piel con moléculas que flotan intentando evadir el agua, y que, al entrar en contacto con la envoltura del virus, rompen esa membrana exterior haciendo que el virus se desprenda de nuestras manos.
Geles hidroalcóholicos
Lo mejor para combatir el virus siempre será el agua y el jabón. Tengamos en cuenta que el agua por sí sola no lucha contra el virus, pero hemos oído también que podemos usar geles hidroalcóholicos y, de hecho, las farmacias tienen desabastecimiento de estos geles desinfectantes y ya hay lista de espera para venderlo.
Los geles son una buena opción si por nuestro trabajo tenemos que salir de casa irrefutablemente. Como en nuestro camino no vamos a disponer de agua, podemos echar al bolso o al bolsillo del abrigo un gel con alcohol para aplicarlo en nuestras manos al bajar del autobús o al salir del vagón del metro. ¡Pero cuidado! ¡No todos son efectivos
Hay que leer en el etiquetado si el gel es solo bactericida o también es virucida y tenemos que mirar bien el porcentaje de alcohol que contiene. El gel debe contener al menos una concentración del 60 al 80% de alcohol, porque por debajo es posible que no tenga tanta potencia germicida.

A menudo
La recomendación es que nos lavemos a menudo, pero ¿cuánto es a menudo? ¿8 veces al día? ¿Cada vez que hagamos qué? Aquí te damos algunas pautas para saber en qué ocasiones debemos lavarnos las manos:
Es fundamental que nos lavemos las manos antes, durante y después de preparar alimentos, antes de comer, después de ir al aseo, tras un cambio de pañales, después de sonarnos la nariz, toser o estornudar. Estamos en una época de alergias, así que lo recomendable es tener siempre a mano pañuelos desechables (y tirarlos a la papelera cada vez que los usemos), después de tocar a un animal o de recoger sus excrementos o al bajar y subir la basura.
De forma exhaustiva
Lo importante es que esta higiene se haga de forma exhaustiva y que dediquemos a ello no menos de 20 segundos. No se trata de que nos cronometremos, pero un truco que puede venir bien es cantar dos veces la canción de “cumpleaños feliz” para guiarnos.
¿Y cuáles son los movimientos que debo realizar al frotar mis manos?
Pues en primer lugar debemos abrir el grifo sin tocarlo directamente con las manos. Lo mejor es usar un pañuelo desechable para abrirlo. El grifo lo estarán tocando durante el día todos los miembros de la familia y así evitaremos contagios.
Según la OMS los pasos que tenemos que seguir para el LAVADO DE MANOS son los siguientes. ¡No tengamos prisa en esto!
- Mojarnos las manos.
- Aplicar suficiente jabón para cubrir toda la mano.
- Frotar las palmas entre sí.
- Frotar la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazando los dedos, y viceversa.
- Frotar las palmas de las manos entre sí, con los dedos entrelazados.
- Frotar el dorso de los dedos de una mano contra la palma de la mano opuesta, manteniendo unidos los dedos.
- Rodeando el pulgar izquierdo con la palma de la mano derecha, frotarlo con un movimiento de rotación, y viceversa.
- Frotar la punta de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación, y viceversa.
- Enjuagar las manos.
- Secarlas con una toalla de un solo uso.
- Utilizar la toalla desechable para cerrar el grifo.
Taparnos con el codo al estornudar y toser
Es casi un acto reflejo que nos pongamos la mano en la boca al estornudar y toser, pero esto es algo que debemos evitar, ya que podemos estar diseminado la infección.
¿Qué pasa si estornudo o toso y tengo el virus? Que se transmite a través de las gotas que salen de mi nariz o mi boca y con la fuerza del estornudo y la tos puede llegar a otra persona.
Las microgotas que expulsamos se llaman gotas de Flügge y pueden estar hasta 30 minutos en el aire. Si me pongo la mano en la boca y luego toco a una persona o una superficie que después tocará otra persona, puedo contagiarla.
Entonces es fundamental que cambiemos ese acto reflejo de poner la mano y usemos nuestro codo para taparnos o un pañuelo de papel que tiraremos inmediatamente. No hay que usar el mismo papel varias veces dejándolo por ejemplo encima de la mesa.
De esta manera estaremos evitando la propagación del virus.
Mantener el distanciamiento social
Tenemos que mantener al menos 1 metro de distancia física entre nosotros y las demás personas y especialmente de las personas que tosen o tengan fiebre.
Debemos evitar las multitudes y no podemos abrazarnos, besarnos, darnos la mano o tocar a otras personas.
Esta parte es muy dura, pero debemos cumplirla. Te proponemos alternativas como saludar con los codos, agachar la cabeza como los nipones o sonreír con la mirada.
Hemos de tener en cuenta que cuando alguien tose o estornuda, proyecta pequeñas gotas que contienen el virus. Si tenemos a alguien cerca puede inhalarlo.
Angela Merkel lo expresó de forma muy determinante: “Cada beso en la mejilla a nuestra amiga puede convertirse, de rebote, en el beso de la muerte para su anciana madre”.
Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca
Este consejo es el que más nos cuesta cumplir. De hecho, en televisión se ha grabado a personas para contabilizar cuántas veces se tocaban la cara. Es increíble pero inconscientemente tocamos nos tocamos el rostro un promedio de 2.000 a 3.000 veces al día.
Las manos pueden ser uno de los principales focos de contagio. Estamos todo el día tocando cosas, personas, manipulando alimentos, tocando superficies como el móvil, teclados, mesas, y sobre todo elementos que toca mucha gente como barandillas, pomos, botones de ascensor.
Esas superficies pueden estar contaminadas con el virus. Si después nos tocamos la cara, los ojos, la nariz o la boca con las manos contaminadas, podemos contagiarnos del virus.
Es bueno limpiemos estas superficies con un spray con agua y lejía.

Evaluar nuestros síntomas
Si empezamos a tener fiebre, tos y dificultad para respirar es posible que nos hayamos infectado con el COVID-19. En ese caso, debemos llamar a los servicios de salud en el teléfono habilitado en su comunidad autónoma. Los profesionales sanitarios que están al otro lado de la línea analizarán la situación y nos informarán de qué tenemos que hacer, como tomar paracetamol y te indicarán si debes aislarte del resto de miembros de la familia.
La tos también se da en el 80 por ciento de los casos. También es común presentar dolor de garganta o malestar general.
Debemos tener especial cuidado con personas que se encuentran entre los grupos de riesgo que son:
- Personas que tienen más de 60 años.
- Enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial.
- Diabetes.
- Enfermedades pulmonares crónicas (son enfermedades crónicas que comprometen al pulmón y/o a las vías respiratorias. Entre ellas se encuentra el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la rinitis alérgica, las enfermedades pulmonares de origen laboral y la hipertensión pulmonar.
- Cáncer.
- Inmunodepresión.
- Embarazo.
Es importante que estemos bien informados
Es muy importante que nos mantengamos informados, pero acudiendo a fuentes fiables para saber cómo debemos actuar en todo momento. Para ello debemos escuchar y leer los mensajes de las autoridades sanitarias a nivel regional y nacional.
Ellos son los que poseen la actualización de las medidas a tomar y son las personas adecuadas para informar sobre la correcta protección o sobre lo que tenemos que hacer cuando acudamos al supermercado, por ejemplo.
Sigamos todas estas recomendaciones y no nos expongamos a informaciones alarmistas, pesimistas o a una sobre información que altere nuestro estado de ánimo. ¡Adelante!