¿Quién iba a decirnos que íbamos a estar confinados en nuestras casas debido a una pandemia mundial? Parece que estuviéramos protagonizando la película Estallido, un relato del escritor de ciencia ficción Philip K. Dick o que estuviéramos dentro de un cuadro de Antonio López. Cada día nos preguntamos si esto está pasando realmente, y sí esto es real, así que debemos ir superando las fases de aceptación y de adaptación a este nuevo cambio de status quo.
La realidad es que esta distopía que estamos viviendo nos cambiará para siempre y afectará gravemente a la economía de todo el planeta. Por ello, debemos estar preparados para reducir los niveles de ansiedad y tomarnos esta nueva situación como una oportunidad, aunque ahora cueste verlo así.
Hemos pasado de aplaudir en los balcones y leer memes con mucho sentido del humor a escuchar preocupantes audios de auxiliares de enfermería y ver vídeos que nos mostraban la cruda realidad de la saturación de los hospitales. A diario leemos mensajes contradictorios y bulos. Por los grupos de mensajería instantánea nos hemos enterado de que ya hay familiares y amigos afectados, el plazo del confinamiento se amplía y nuestro estado de ánimo empieza a decaer.
¿Qué cosas nos pueden ayudar a sobrellevar mejor la situación?
Conocer al enemigo
Primero de todo es importante estar bien informados de cómo es el enemigo al que nos enfrentamos y para ello debemos acudir a fuentes fidedignas como las autoridades sanitarias como la Organización Mundial de la Salud y fuentes oficiales. Nos informaremos de las medidas de control y de cómo prevenir y protegernos del virus. La incertidumbre no es buena en estos momentos, así que la información veraz es nuestra aliada.
Una rutina diaria
Es fundamental establecer una rutina diaria durante el estado de alarma. Ponernos un horario con tareas es algo que dará sentido a nuestra jornada. Los niños también deben seguirlo. Podríais apuntarlo en un calendario o agenda que tengáis a la vista. Lo mejor es que este horario se coordine entre todos los miembros de la familia. Lo ideal es que todos desayunemos juntos, recojamos y nos pongamos a trabajar. Los adultos con nuestro teletrabajo y los niños con las tareas escolares online. Por la tarde planead alguna actividad de ocio en familia como hacer una manualidad, cocinar juntos, jugar a un juego de mesa o ver una película.
Haced ejercicio
Todos hemos recibido por las redes sociales mil maneras de practicar actividad física en casa. Es fundamental que nos movamos, ya que con el ejercicio nos mantendremos en forma, liberaremos endorfinas y nos sentiremos mejor. Como hemos dejado de caminar y de ir al gimnasio, una rutina de ejercicios a través de una App, viendo un vídeo de Youtube o un directo de Instagram nos puede servir de gran ayuda. ¡Pero cuidado! Si no haces ejercicio de forma habitual, no pretendas seguir a diario un workout de alta intensidad. ¡Puedes hacer un sobreesfuerzo o, lo que es peor, lesionarte! Así que comprueba tus límites y elige el ejercicio adecuado. No hagas todos los días el mismo tipo de ejercicio, alternas rutinas distintas: un día un ejercicio aeróbico, otro día pesas, o si trabajas piernas al día siguiente tonifica los brazos. ¡Además con el ejercicio dormirás mejor!

No nos descuidemos
Los psicólogos recomiendan que no nos pasemos todo el día en pijama. Es mejor que nos duchemos y nos vistamos (con ropa cómoda, eso sí). Vernos un poco arreglados nos ayudará a animarnos, aunque es curioso como en una sociedad en la que estábamos acostumbrados a los filtros que embellecen y ocultan nuestras imperfecciones, nos estamos viendo todos con gafas y pijama. Todos tal cual somos, regresando a una naturalidad y autenticidad autoimpuesta.
Observad la vida
Es tiempo para el detenimiento. Quizá con las prisas y el ritmo automático que llevábamos antes no nos parábamos a observar las pequeñas cosas del día a día que ahora se nos muestran ante nuestros ojos con grandeza, como los atardeceres o las estrellas. Nuestra ventana adquiere un protagonismo que nunca antes había tenido. Miremos el mundo desde ella con asombro y esperanza.
Conversaciones significativas
El estrés y la concatenación de tareas antes del encierro no nos permitía muchas veces ni pararnos a conversar con nuestros seres queridos. Bien. El tiempo se ha parado. Hablemos con nuestra pareja, charlemos con nuestros hijos. Es el mejor momento para preguntarles qué les inquieta, cuál es la música que les gusta, cuáles son sus planes de futuro o simplemente para hablar de cualquier tema banal. Eso sí, no les intimidemos demasiado, es mejor que la conversación surja de modo natural.
Cuidad el lenguaje
En una situación excepcional como esta, es importante que cuidemos la forma en la que nos dirigimos a los demás en la casa y telemáticamente. Evitar el hablar incesantemente, el hablar con condescendencia, no dejar hablar al otro o hacer afirmaciones dogmáticas. Dejar de lado las divisiones de todo tipo, no es tiempo para el odio ni para los insultos. Seamos sensatos. Debemos estar todos unidos, dejando de lado nuestras convicciones políticas, es mejor no crispar el ambiente y es la hora de buscar soluciones a los problemas en vez de problemas a las soluciones. Debemos respetar la forma de pensar de los demás más que nunca y no practicar el radicalismo.
Es importante que no divulguemos mensajes alarmistas, como por ejemplo que en los hospitales no hay respiradores o que ya se está eligiendo a quien muere, porque puede que en ese grupo de WhatsApp haya personas que estén contagiadas con el virus y les creemos una situación de ansiedad difícil de manejar.
Mandad mensajes positivos
Va a haber un momento en el que las cifras de contagiados empiecen a bajar, pero hasta que no lo hagan: ver el informativo, navegar por las redes sociales o leer los mensajes de mensajería instantánea nos puede afectar muy negativamente y nos podemos imbuir en el pesimismo.
Mandad memes y vídeos motivacionales con sentido del humor y que hablen de esperanza. Mirad hacia los países que ya lo están venciendo, como China.

Desintoxicaros de información
Habrá días que la sobreinformación nos agobie. Aunque es bueno mantenerse informado para saber cómo debemos de actuar ante el estado de alarma, cómo va la curva de contagios o cuáles son las medidas de protección, a veces es necesario desconectar y evadirse.
Habréis comprobado que el uso del móvil estos días ha aumentado significativamente. Mirad el promedio de uso del móvil en los Ajustes. Subió mucho, ¿verdad? Poneos una restricción al uso del móvil como el límite de uso de Apps para evitar usarlo durante un rato… Ved una película o una serie o leed un libro para saliros un rato del monotema del coronavirus.
Sed creativos
La primera semana de confinamiento la gente mostraba cómo habían pintado carteles con el arcoíris y el mensaje de Todo va a salir bien o Yo me quedo en casa, cómo cocinaban bizcochos o hacían coreografías con Just Dance. Es normal que se inicie esta etapa con energía e ilusión, pero no queramos hacer todo en los primeros días. Ponerse demasiados retos puede resultar contraproducente y crearnos más estrés. Dosificad las tareas para que no se os acaben pronto.
Volved a jugar a juegos de mesa, cantar, escuchar música, bailar, aprended algo nuevo haciendo un curso online o viendo videotutoriales.
Redecorad la casa
Es el mejor momento para pensar en reordenar, hacer limpieza o redistribuir los muebles. Quizá podéis aplicar el método de Marie Kondo para doblar la ropa y que os quepan más prendas en los cajones o pintar esa silla de otro color. También podéis ordenar el armario por colores o por tipos de prenda.
Hacedlo en equipo y disfrutareis de los cambios y del nuevo estilo que le deis a vuestro hogar.
Cultura online
No podemos ir al cine, al teatro o a museos. ¿Quién lo ha dicho? Están surgiendo decenas de iniciativas interesantísimas para disfrutar de la cultura a través de nuestras pantallas.
Hay contenido online de todo tipo como el festival #YoMeQuedoEnCasaFestival donde nos colamos en las casas de nuestros artistas favoritos para escucharlos en una versión unplugged e íntima.
En Spotify se han creado lista de canciones específicas para pasar la cuarentena y para olvidarse del coronavirus. Solo con poner coronavirus o pandemia en el buscador, las encontraremos.
Los Museos están promoviendo también interesantes iniciativas como ofrecer directos por Instagram o visitas virtuales que veremos visitando la web de cada uno de ellos.
En todas las plataformas nos esperan películas interesantes y por ejemplo Filmin ha preparado una lista que se llama Cuarentena y Movistar y Vodafone dan acceso a canales de entretenimiento y cine y han extendido sus ofertas gratuitas.
El Grupo de revistas Hearts, ha puesto a disposición gratis para leer online las versiones digitales de todas sus revistas de ocio, moda, decoración, cine o coches.
Libros no nos van a faltar tampoco. Nos podemos meter en eBiblio que es una plataforma del Ministerio de Cultura y Deporte en la que podemos leer un montón de libros y revistas, en Gutenberg.org encontraremos 60.000 publicaciones y en freeditorial hay más de 50.000 libros para descargar en el kindle, tablet, IPAD, PC o teléfono móvil.
El MET (The Metropolitan Museum of Art) ofrece ópera en streaming y también podemos ver obras de teatro en el INAEM (teatroteca.teatro.es).
Y si te gusta jugar a videojuegos la plataforma de juegos STEAM regala algunos títulos como Tomb Raider.
Quien se aburra es porque quiere. No tenemos vida para disfrutar de toda esta oferta cultural.
Todas estas opciones son alternativas que nos harán sobrellevar esta situación provocada por este cambio no deseado. Tengamos paciencia, optimismo, buen talante y energía y aceptemos que es lo que nos toca vivir y que lo vamos a tomar como una oportunidad para parar nuestro tren de vida y vivir las cosas a otro ritmo. Que no decaiga el estado de ánimo y cuando esto pase hagamos videollamadas y desahoguémonos con nuestros amigos y familiares. ¡No hay mejor terapia que esa!