Sea cual sea nuestra profesión y vida personal, no podemos negar que vivimos en una vorágine atroz, dados los tiempos urgentes y la necesidad de inmediatez a cada paso que damos.
Y debemos decir que no siempre estamos preparados o queremos ser parte de este cúmulo de necesidades urgentes, a veces laborales, a veces demandadas por nuestros propios hijos o nuestro entorno familiar y, muchas otras veces, por nosotros mismos, que ya nos hemos olvidado de parar cinco minutos al día para siquiera mirarnos al espejo con ningún otro objetivo que “solo observarnos”.
¿Alguna vez te has preguntado que cuando decimos “hablé con mi amiga, con mi hermano, con mi madre…” en realidad pocas veces lo hacemos?. Lo que en realidad hicimos fue mantener una “charla” por WhatsApp, o por una Red Social, que no es lo mismo que conversar, escuchar la voz del otro, sentir realmente su estado de ánimo.
Claramente nuestro nuevo mundo, en el que criamos a nuestros hijos, tiene esta velocidad instalada en todo nuestro día y hay que aprender a vivir en él, disfrutarlo y ser parte de esta nueva sociedad en la que estamos inmersos. Sin embargo, hay cosas para las que se hace imprescindible tomarse con tiempo cada día, sin apuros, con espacio, con tranquilidad.
Aquí te dejamos 5 consejos interesantes para parar un poco cada día y dedicarte a algunas pequeñas cosas que pueden hacer que esa velocidad pare un poco, al menos en algunos momentos de tu día. Esperamos te ayuden y los hagas parte de tu rutina diaria:
1. No pienses en lo temprano que debes levantarte mañana. Tomate el momento de ir a la cama con tranquilidad, con preparación. Si tienes hijos, besa y arrópales con tiempo. Hazles cosquillas, cuéntales un cuento, como si nada más importara, disfruta el momento. Este es tu tiempo con ellos siendo pequeños, no lo olvides.
2. Levántate 10 minutos antes y disfruta de un café a “solas”, con tranquilidad, sin pensar en el resto del día.
3. Cada hora, levántate de tu silla, estírate, respira profundo, da unos cuantos pasos, lávate la cara con agua fría y toma un vaso lleno de agua.
4. Camina descalza sobre el césped, o si puedes sobre la arena de la playa, al menos una vez al mes.
5. Y sobre todo, deja de “hacer tareas” todo el tiempo para simplemente “ser”.
Vive, disfruta del momento, porque nuestro tiempo es hoy. ¡No lo olvides!
Y tu…¿Sabes disfrutar del momento?